Me quedan diez putos días para irme, a media distancia en kilómetros, pero a años luz en otros aspectos. No puedo negarme a mí mismo que un poquito tiene la culpa el fantasma de lo que fui y no soy; de lo que tuve y no encuentro en mis bolsillos; de lo que quise ser y por lo que perdí la ilusión; de una semilla que sembré y por la que estuve esperando sentado tres años para verla nacer, crecer y florecer, pero que jamás brotó. No me culpo por nada ni es tampoco inteligente arrepentirme de las millas ya corridas. Sólo le increpo al destino por tener una forma de sentir y de pensar tan mía
Y la verdad es que esa semana y pico apesta a melancolía. Ya se pasará, espero.
Decidieron compartir melancolías,
soledades y fantasmas a la par,
miedos locos, tristezas y alegrías,
y juraron no engañarse nunca más.
Decidieron vadear el ancho muro
que separa la mentira del perdón,
y revolcarse en el olvido hasta borrar
las heridas de una espina envuelta en flor.
Es mejor caminar que parar y ponerse a temblar
Hoy la vida les sonríe y Dios dirá
si el futuro les depara un buen color
regalándoles otra oportunidad
de empezar con su pie bueno ya van dos
y mil veces más tendrán que recorrer
la vereda más incierta y perdonar
mientras no les lluevan piedras les irá mejor que bien
ojalá que el sol no deje de brillar
Es mejor caminar que parar y ponerse a temblar
Y confío en que no olviden el infierno
y los motivos que les llevaron allí
y que la vida no les guíe hasta lo negro
espiral de donde no hay forma de salir
una lágrima es mayor que el mar entero
cuando el viento lleva a lomos la traición
porque la vida se convierte en un invierno
tenebroso para dos
Es mejor caminar...
sábado, 22 de agosto de 2009
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