Regreso al fin de un parón provocado por una mudanza con sus subsiguientes problemas en el traslado y nueva conexión a Internet... parece ser ya solucionados. Como ahora estoy en lo que se podría describir como retiro laboral-espiritual, me paso las horas intempestivas de la madrugada viendo películas de las llamadas "con mensaje" o "para pensar" (ya prepararé un buen puñado de extractos que he ido sacando), y escuchando música. Hay canciones que en mayor o menos grado me alegran, o me deprimen, que me recuerdan momentos y personas; las hay que animan e inducen a mi pie izquierdo a moverse cíclica y rítmicamente arriba y abajo, pero sólo hay una canción de cuyo título no quiero acordarme que no puedo escuchar ya lleve alcohol, endorfinas o cualquier otra droga en sangre: la borré hace tiempo de los varios ordenadores de mi casa; si comienza a sonar en la radio, tengo que apagarla; si suena en un pub, salgo fuera como quien no quiere la cosa a tomar de paso el fresco; incluso hay una anécdota al respecto en una terraza echando una caña.
A la novia de un colega le da por poner música en su móvil, y casualidades de la vida pone primero la canción que viene al caso. "Por favor, ¿te importaría poner otra? Me cuesta un montón poder escuchar esa canción". Ni caso. "En serio, sólo me pasa con ésa. Tienes trescientas y pico en el teléfono, por favor, pon otra, que esa me trae demasiados recuerdos." Creo que ni me ha querido escuchar, así que opto por terminarme mi zumo en poco menos de un minuto y marcharme. A la otra con cara de sorpresa, parece que ahora sí le da por apagar el móvil; "nos vemos mañana, tíos". Efectivamente, al día siguiente otra vez a entrenar y a verme con las mismas caras, incluida ella, como si nada hubiera pasado, y con el paso de los días otra vez a cenar fuera todos juntos. Eso sí, desde aquel día no he visto a esta chica siquiera tocar su móvil delante mía.
Dado que, como he dicho un poco más arriba, no me acuerdo del título sino sólo de cuatro versos con rima en los pares, pondré lo que creo que es la segunda parte de mi canción prohibida, si bien tiene muchos versos con los que me siento profundamente identificado. Suena muy parecida tanto en la melodía como en la poesía, y tratan el mismo tema, la una dando las gracias por lo más bello que alguien puede sentir y tener al lado y la otra reconociendo que ese sentimiento jamás se olvidará y que estará ahí contra viento y marea por siempre, como el primer día.
A la novia de un colega le da por poner música en su móvil, y casualidades de la vida pone primero la canción que viene al caso. "Por favor, ¿te importaría poner otra? Me cuesta un montón poder escuchar esa canción". Ni caso. "En serio, sólo me pasa con ésa. Tienes trescientas y pico en el teléfono, por favor, pon otra, que esa me trae demasiados recuerdos." Creo que ni me ha querido escuchar, así que opto por terminarme mi zumo en poco menos de un minuto y marcharme. A la otra con cara de sorpresa, parece que ahora sí le da por apagar el móvil; "nos vemos mañana, tíos". Efectivamente, al día siguiente otra vez a entrenar y a verme con las mismas caras, incluida ella, como si nada hubiera pasado, y con el paso de los días otra vez a cenar fuera todos juntos. Eso sí, desde aquel día no he visto a esta chica siquiera tocar su móvil delante mía.
Dado que, como he dicho un poco más arriba, no me acuerdo del título sino sólo de cuatro versos con rima en los pares, pondré lo que creo que es la segunda parte de mi canción prohibida, si bien tiene muchos versos con los que me siento profundamente identificado. Suena muy parecida tanto en la melodía como en la poesía, y tratan el mismo tema, la una dando las gracias por lo más bello que alguien puede sentir y tener al lado y la otra reconociendo que ese sentimiento jamás se olvidará y que estará ahí contra viento y marea por siempre, como el primer día.
Se torció el camino; tú ya sabes que no puedo volver.
Son cosas del destino, siempre me quiere morder.
El horizonte se confunde con un negro telón,
y puede ser... como decir que se acabó la función.
Ha sido divertido, me equivocaría otra vez.
Quisiera haber querido lo que no he sabido querer.
¿Quieres bailar conmigo? Puede que te pise los pies.
Soñaré sólo porque me he quedado dormido.
No voy a despertarme porque salga el Sol.
Ya sé llorar una vez por cada vez que río.
No sé restar... no se restar, tu mitad a mi corazón.
Puede ser que la respuesta sea no preguntarse por qué,
perderse por los bares donde se bebe sin sed.
Virgen de la locura nunca más te voy a rezar,
que me he enterao de los pecados que me quieres quitar.
Será más divertido cuando no me toque perder.
sigo apostando al 5 y cada 2 por 3 sale 6.
Yo bailaría contigo pero es que estoy sordo de un pie.
Soñaré sólo porque me he quedado dormido.
No voy a despertarme porque salga el Sol.
ya sé llorar una vez por cada vez que río.
No sé restar... no sé restar tu mitad a mi corazón.
Ha sido divertido, me equivocaría otra vez.
Quisiera haber querido lo que no he sabido querer.
¿Quieres bailar conmigo? Puede que te pise los pies.
Soñaré sólo porque me he quedado dormido.
No voy a despertarme porque salga el Sol.
Ya sé llorar una vez por cada vez que río.
no sé restar... no sé restar tu mitad a mi corazón...
no sé restar tu mitad a mi corazón.
no se restar tu mitad a mi corazón.
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