¿Será verdad aquella máxima de que no existen amigos, sino intereses temporales? Pido compañía para mitigar mi soledad, y acabo creyendo que hablarle a mi tortuga es más fructíero; caigo abatido de rodillas en el suelo, lo único que quiero es una mano amiga tendida para ayudarme a levantar, y quizá por aburrimiento de tanto repetir el mismo gesto recibo un elocuente encogimiento de hombros, un "pues vale" desarrollado en unas pocas palabras más. Mirado desde el lado positivo, al menos en ese par de casos tuve respuesta, y no dialogué con piedras como así fue en otras ocasiones. Mola, me estoy convirtiendo en un optimista de primera!!!
Y es que sin mirarme muy en el fondo se demuestra que soy un fracaso. Tengo mi carrera, mi entrenamiento y mis animalitos. Respectivamente, son lo único que me brinda un futuro que de verdad me gusta, lo que me hace reflotarme un poco para al menos sacar la boca del lodo de mi existencia y respirar, y los únicos seres que entiendo (de las pifias de mi ordenador paso, el móvil cada vez se enemista más conmigo, y las personas dejé de intentar siquiera escucharlas hace un tiempo). Si pudiese medio centrarme en esas tres cosas, seria ampliamente más feliz... por lo pronto, parece que tirar el cipralex por la ventana ayuda a mitigar los altibajos; no estoy tan exultante (ni tan agilipollado), y por el lado contrario se han ido los bajones, las botellitas de cafeína pura, los cables pelados para mascar, las vistas desde el balcón de un octavo y otras gilipolleces. Menos mal que parece que pronto le quitaré el polvo a mi futuro coche...